La temporada de descuentos dejó de ser solo una fecha en el calendario: hoy es casi un ritual nacional que invita a planear, comparar y aprovechar al máximo cada oportunidad de compra. En un momento donde cada peso cuenta, el verdadero reto no está solo en encontrar descuentos, sino en convertirlos en decisiones inteligentes que hagan rendir tu dinero al máximo.
Este año, Elektra propone llevar ese ritual a otro nivel con El Mejor Fin, una temporada que va del 31 de octubre al 20 de noviembre y que extiende la experiencia de compra a 21 días de ahorro continuo. La idea es simple pero poderosa: más tiempo para ver, decidir y comprar con propósito.
Durante estas tres semanas, Elektra ofrecerá los mejores “descuentazos” del año en todas las categorías —desde tecnología y movilidad, hasta productos para el hogar— disponibles en tienda, en línea y desde su app. Pero más allá de las promociones, la propuesta se centra en hacer del ahorro una experiencia activa.
Entre las novedades, destaca la llegada de los códigos ocultos, pequeños desafíos escondidos entre publicaciones de redes sociales, la app y elektra.mx. Quienes logren encontrarlos podrán canjearlos por descuentos en los productos que ellos elijan, una forma innovadora de mantener a los usuarios explorando, comparando y descubriendo oportunidades que se ajustan a su propio estilo de vida.
Además, aquellos que utilicen su Préstamo Elektra recibirán un bono de hasta $3,000 pesos en su segunda compra, reforzando el mensaje de que planear y aprovechar bien los recursos puede tener recompensas reales.
Y porque los descuentos no se viven igual en todos lados, las tiendas Elektra ampliarán sus horarios del 11 al 17 de noviembre, para que nadie se quede sin la oportunidad de aprovechar las ofertas —literalmente, cerrarán hasta que el
último cliente se vaya.
Con todo esto, Elektra busca reimaginar una de las temporadas comerciales más importantes del año: inspirar a las personas a comenzar a realizar más compras conscientes y estratégicas, donde el ahorro se vive como un hábito y no solo como una promoción. Porque el mejor descuento no siempre está en el ticket, sino en la forma en que aprendemos a comprar mejor.
